¿La política exterior le costará las elecciones a Biden?

Cuando las grandes cuestiones sobre la política exterior estadounidense chocan con una elección, rara vez son buenas noticias para un presidente en ejercicio. Como muchos líderes anteriores a él, al presidente estadounidense Joe Biden se le han planteado algunas de estas preguntas, como la invasión rusa de Ucrania. Algunas tienen su origen en administraciones pasadas, como la retirada de Afganistán. La mayoría son una mezcla de ambos, como las represalias de Israel contra Gaza y el papel de Irán. Muchos analistas atribuyen el inicio de los problemas de política exterior de Biden a lo que a menudo se describe como la retirada estadounidense “fallida” de Afganistán. De forma aislada, y a pesar de la tragedia totalmente evitable que se ha desarrollado allí, es poco probable que Afganistán por sí solo haya tenido un impacto electoral más allá de las quejas de algunos expertos políticos. Al igual que en Vietnam, el Partido Demócrata actual está dividido por la respuesta de la administración Biden a Gaza. En las primarias del estado de Michigan en febrero, más de 100.000 demócratas votaron “no comprometidos” como parte de una campaña coordinada para enviar un mensaje a Biden, exigiéndole que haga más para detener la masacre de palestinos en Gaza. En las elecciones de 2020, Biden ganó Michigan por poco más de 150.000 votos. El riesgo para Biden es que no haya previsto hasta qué punto su propia política exterior podría socavar ese mensaje y la fuerza de su atractivo personal. Las encuestas sugieren que alrededor de dos tercios de los estadounidenses apoyan un alto el fuego inmediato en Gaza. La incapacidad política y la falta de voluntad personal de Biden para distanciar a Estados Unidos de Israel, y la continua negativa de su administración a imponer condiciones a la ayuda militar, están rompiendo la laxa coalición de votantes que lo llevó al poder. Necesitará que esta coalición se mantenga y salga a votar si quiere ganar la reelección.