En un movimiento inusual, el presidente venezolano Nicolás Maduro ha decretado que las celebraciones navideñas en el país comenzarán el 1 de octubre, desviándose del calendario tradicional. Este anuncio se produce en medio de un telón de fondo de creciente agitación política y críticas internacionales, especialmente después de la polémica afirmación de Maduro de victoria en las elecciones presidenciales de julio. La decisión de adelantar la temporada navideña es presentada por Maduro como un gesto de agradecimiento hacia sus seguidores, a pesar de la creciente preocupación por los abusos de derechos humanos y la represión de la disidencia política. Al mismo tiempo, el gobierno venezolano ha intensificado su represión contra figuras de la oposición, con una reciente orden de arresto emitida para un destacado líder opositor, señalando una escalada adicional en los esfuerzos del gobierno por consolidar el poder.
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